Pese a que Sarah Burton esté haciendo un gran trabajo por mantener a la firma Alexander McQueen es sus posiciones, el luto es constante. Nadie que tenga la moda por bandera deja de llevar el lastre de la muerte de Lee McQueen en su conciencia.
Aunque la historia de la moda cuente con incontables diseñadores que decidieron cortar la tela de los convencionalismos sociales, la labor de Lee en ella fue ejercer de Mesías en un tiempo en que él se sentía con la obligación de cambiar el paradigma. Y es que, tras la liberación de la mujer, él liberó al ser humano sin que en ningún momento el miedo al qué dirán tomase el mando de sus manos y su frenética cabeza a la hora de crear. Habiendo trabajado antes para Koji Tatsuno y Romeo Gigli, fue con la colección «Jack the Ripper stalks his victims» con la que McQueen hizo gritar al mundo entero. Su trabajo de fin de grado en Central Saint Martins le abriría los brazos de Isabella Blow. De su mano Lee rompe con todo para iluminar a un mundo jerarquizado por grandes casas de alta costura y un prêt-à-porter que en 1992 poco dejaban al cambio.
Lee consiguió que, a su lado, casos como el de Marc Jacobs con Perry Ellis se quedasen muy cortos. Cuando LVMH le contrataba como director creativo de Maison Givenchy, McQueen siguió yendo, por el bien de todos, a su bola; dándonos un chicle que mascamos hasta el día de hoy: La transgresión. Desde su primera colección y pasando por Highland Rape, Dante, Nº 13, Voss 2001, Widows of Culloden, The Horn of Plenty, La Dame Bleue (un réquiem a Isabella Blow) hasta su última colección Plato’s Atlantis, aún no nos ha dado tiempo de cerrar la boca para tragar saliva.
Teniendo en cuenta que el Victoria & Albert de Londres fue el primer museo en exponer la obra de McQueen en 1997 con la exposición «Cutting Edge: 50 años de moda británica 1947-1997», es todo un honor que en el quinto aniversario de la muerte de Lee, «Savage Beauty» , original del Met, se reinterprete y expanda en uno de los mejores museos de la ciudad británica.
Gracias a Gaisbury and Whiting, la productora que mano a mano con Lee construía los conceptos que definían cada uno de sus shows, ahora camina junto al V&A para que esta segunda entrega de «Savage Beauty» sea totalmente transparente con la esencia de McQueen. Respiraremos el mismo aire que consumía a una prensa que, a regañadientes, se veía sumergida en la provocación, el dramatismo y la extravagancia que hizo del diseñador un gurú de la puesta en escena de la moda. Algo que nunca cambió pese a que Alexander McQueen perteneciese a LVMR, Kering o a él mismo. Porque él siempre se perteneció y luchó por su individualidad creativa ajeno a los huracanes de la industria.
Sastrería subversiva, sensibilidad gótica y su relación entre la luz y la oscuridad, el primitivismo y el mundo animal y la combinación de lo tecnológico y lo artesanal serán los temas a repasar sobre la trayectoria del prodigio en el V&A a partir del 14 de marzo de 2015.
A diferencia de la primera edición de la exposición en Nueva York, se exhibirán treinta prendas inéditas, propiedad de las colecciones privadas de Katie England, Annabelle Neilson, Isabella Blow y Maison Givenchy.
Se abre sobre el espacio del V&A un nuevo capítulo que nos hablará del desarrollo como diseñador del protagonista en la capital del Támesis. Como colofón, encontramos la sección «Cabinet of Curiosities», que alberga más de cuarenta objetos que nunca han sido vistos juntos, Una reunión que sido posible gracias a incontables colaboraciones como la de la diseñadora de joyas Shaun Leane o la del otro protegido de Blow, Philip Treacy. Otra de las maravillas que se podrá palpar y que representa la obsesión de MqQueen con sus ganas de salirse de los límites, es el holograma 3D de Kate Moss en ese espectacular vestido de organza que se dejó ver al final de la presentación de Widows of Culloden (A/W 2006-07).
Un reencuentro con la maestría estética, la oscuridad y los pensamientos que correteaban presos en la mente de un personaje con el que nunca se sabía por dónde irían los tiros; «un pájaro salvaje» como siempre definía Isabella Blow.
SAVAGE BEAUTY, Curada por Claire Wilcox y co curada por Andrew Bolton se puede disfrutar desde el 14 marzo – 2 agosto 2015 en el museo Victoria & Albert de Londres y ha podido ser realizada gracias al gran apoyo de Swarovski, American Express y Samsung.