Marc Jacobs presenta su colección para primavera-verano 2019 en la semana de la moda de Nueva York.
Una pasarela larga y blanca se llena de vividos colores para trasladar a los invitados hasta los glamurosos años 50 y 60.
Vemos faldas de satén con mucho volumen ceñidas a la cintura con un fajin en forma de flor, como si de un vestido de invitada se tratara. Volantes y pumas no se separan. Arriesgan añadiendo colores metalizados para crear una estética retro-futurista. En los pies, calcetines y tacones se fusionan para redondear el look lady junto con los guantes hasta medio brazo o el pañuelo anudado a la cabeza.
A todo esto, el toque más retro se encuentra en los bolsos, Marc Jacobs quiere recuperar tanto el clutch redondo como el clásico baguette.
Sin duda lo que más sorprendió a quiénes fueron a ver el desfile, fueron los estilismos de Guido Palau. Consiguió crear la mejor versión de la clásica coleta haciendo que flotara en la cabeza de las modelos. Luego tiñó sus puntas en colores pastel para conjuntar con los diseños de Marc.
Querían que los colores tomasen historia por si mismo.
Artículo de Ariadna Cots Perés.
Imágenes de Kevin Tachman, Taylor Jewell, Alexandra Arnold