La semana pasada Marc Jacobs presentó su colección otoño 2016 más tenebrosa e impactante sobre la pasarela de la New York Fashion Week.
Un enorme espacio blanco y un intermitente pitido eran los únicos componentes que conformaban la pasarela. Sobre ella unas modelos de aspecto andrógino paseaban sobre unas enormes botas OTK (over the knee) con una plataforma de más de doce centímetros.
Faldas midi, superposiciones y mezclas increíbles de texturas y estampados conformaban una modelo de mirada perdida con los labios negros, color de labial estrella de la NYFW.
Muñecas rotas que no se dan por vencidas. Mujeres con carácter, capaces de subirse a los más altos tacones y de mantener la atención de un público absorto, sin música ni escotes, simplemente con la fuerza de sus ropas y de su presencia.
Los tonos oscuros fueron los protagonistas para la próxima temporada de otoño, pero los estampados de Marc Jacobs también fueron de lo más arriesgados: topos bicolores en distintos tamaños, enormes lentejuelas, cueros, cuadros y hasta plumas. Las rayas daban a las modelos un toque arlequín que se compaginaba a la perfección con su maquillaje en un solo ojo y su mirada de tristeza permanente.
Personajes que parecían sacados de las más oscuras pesadillas y que giraban sobre la pasarela circular, demostrando que toda mujer es bella. Hasta la mismísima Mother Monster, Lady Gaga, se subió a esta andrógina pasarela andando como nadie con las enormes plataformas, sello de esta colección, que está acostumbrada a utilizar.
Artículo de Irmina Merino Vidal para TrendsMag.