Con cierto aire de hangar postindustrial, este antiguo parking del Passatge de Pere Calders se ha convertido en los escasos seis meses que lleva abierto en un lugar a tener muy en cuenta dentro del superpoblado panorama gastronómico de Sant Antoni.
Los cuatro socios fundadores Albert Soler, Toni Schulz, Vanesa Virumbrales y Òscar Gómez han apostado por la pulcritud en el diseño, combinando cierto minimalismo nórdico con pinceladas más simpáticas y personales, como el tremendamente kitsch dogo alemán de porcelana que preside la entrada o el homenaje al gran Eugenio en el hilo “musical” de los lavabos.
La oferta gastronómica lleva el sello de Bernard Benbassat, chef francés instalado en nuestro país desde hace 30 años y uno de los grandes impulsores de la macrobiótica, que sabiamente combina con los sabores más tradicionales. La apuesta del Lando por una cocina mediterránea con influencia continental se ofrece bajo la fórmula de dos menús cerrados en renovación constante (18€ el del mediodía y 35€ el de la noche) complementados con una oferta de “platos de barra” de formato más reducido.
La “Tarama”, de origen griego y elaborada a base de huevas de arenque, exhibe su salada untuosidad cuando la extendemos sobre una rebanada de pan “triticum”, del que necesitaremos ración extra cuando lleguen los mejillones a la marinera francesa con su salsita de vino blanco, chalota y punto de crema. La ensaladilla rusa con centollo, las anchoas, la sardina ahumada o un fantástico calamar fresco en tempura de cítricos completan la sección marítima.
Como transición entre el mar y la montaña encontramos un plato que perfectamente podría ser la fiambrera de un pescador. Se trata de una arriesgada tortilla de patatas con erizo de mar, servida fría, de un sabor muy concentrado. Original y contundente. Siguiendo con el riesgo, el tuétano con crujiente de galleta juega con las texturas y nos obliga a rascar el hueso con la cucharita en una tarea de reminiscencias paleolíticas no apta para veganos.
Cocina en constante cambio, pasión por el producto y presentación impecable.
El Lando parece haber nacido en el lugar y el momento idóneos.