Un amplio abanico de siluetas, tejidos y colores inunda la semana de la moda italiana, claro que siempre existe un punto de encuentro: el eclecticismo. La herencia de los 70s en las siluetas y colores, el oversize que se mantiene firme y la fuertísima tendencia del khaki y camel son los titulares que nos llevamos.
La casa Fendi deslumbró con enormes abrigos en todas sus versiones, los anoraks con cuellos de pelo extremos, abrigos de piel por doquier, gabardinas de doble abotonadura y hasta exageradas bombers, casi como edredones reutilizados. El blanco sobre blanco fue uno de los protagonistas que, junto a la gama de los marrones, dibujaba siluetas rígidas con piezas de cuero como solo Karl Lagerfeld puede construir. Los conjuntos se componían de camisas con pantalones anchos y faldas largas y cortas, siempre en compañía de bolsos de mano, la mayoría de asa metalizada.
Prada re-interpreto el traje sastre proponiendo pantalones al tobillo y muy ajustados conjuntados con blazers entallados, la mayoría en colores pastel y, para disminuir el sweety, tonos ácidos como el verde pistacho que dejaba ver un halo setentero en una pasarela con aires industriales. También hubo mucho cuero, no solo en abrigos, sino también en vestidos y faldas con texturas desde croco hasta moleculares, casi con vestigios de ciencia ficción. No faltaron los larguísimos guantes, las estolas de piel, los lazos y los broches, fieles a la historia familiar.
Moschino, de la irónica mano de Jeremy Scott nuevamente, se movió entre lo extravagante y lo cool, entre lo absurdo y lo inteligente; una pasarela plagada de colores super-saturados aplicados en siluetas extra-corporales como bombers, abrigos e incluso faldas. “Uniformes” de la NBA y bambas con tacón, todo ello combinado con personajes de la Warner Bros en el inconfundible guiño al pop de la marca. También hubo denim-patchwork, muchas cadenas doradas y una reinterpretación cromática del camuflaje y del graffiti bañando de informal los vestidos más sofisticados y elegantes. El pelo intervino de modo extravagante y Scott lo reafirmo en el cierre con su camiseta de lema “Ready-to-Bear”.