La marca británica presentó en la semana de la moda de Londres una colección otoño-invierno inspirada en la naturaleza y los meses de más calor, mostrando a unas modelos con abrigos de pieles y sandalias de verano.
La controvertida marca, Alexander McQueen, sabe como sorprender a los amantes de la moda. Por eso, en la pasada semana de la moda londinense nos mostró modelos de otoño-invierno en colores oscuros, como el riguroso negro, acompañados de toques muy primaverales y veraniegos, como sandalias de tacón y estampados en colores rosas y pasteles.
Las modelos lucían mientras más complementos mejor: joyas, varios tocados en el cabello e, incluso, varías hebillas a lo largo del pantalón. Las prendas estrella para la marca durante la próxima temporada son los trajes chaqueta y los vestidos con volantes y transparencias. La mujer McQueen tiene un toque exhibicionista, muestra su cuerpo y lo hace segura de sí misma.
Lo que empezaron siendo recatadas ninfas con estampados de grandes mariposas, terminaron por ser hadas de vestidos largos en noches donde se deja todo al descubierto. Del dorado y el plateado, cubriendo lo más mínimo, se dio pié a la más bella fantasía: gasas con grandes dibujos de animales y plantas de colores que adornaban el cuerpo semidesnudo de las modelos a modo de un brillante tatuaje.
Definitivamente, los inviernos para McQueen no tienen nada que ver con el frío, sino con una mujer atrevida y diferente, capaz de acaparar todas las miradas.
Artículo de Irmina Merino Vidal para TrendsMag.
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