A estas alturas de la película, Azealia Banks no necesita ninguna introducción. Tras haber arrasado con el súper hit “212”, la artista tardó casi 4 años en complacernos con el lanzamiento oficial de su álbum debut “Broke with Expensive Taste”, una obra muy aclamada por la crítica especializada.
Banks es una trendsetter por excelencia; ella y su séquito de producción captan corrientes estéticas, de moda y de música casi embrionarias y las catalizan a través de su trabajo. Por ello, desde el principio, la artista nos ha traído vídeos de lectura casi analítica, una degustación de lo que pasa en el mundo creativo.
En el video de “Chasing Time” por ejemplo, Azealia ya estrenaba íconos que ahora en 2015 están de moda: los septum piercings, las trenzas voluminosas, las formas geométricas, los outfits full black&white, la tendencia health goth y las coreografías estilo 90’s. En «Atlantis» Azealia se aprovecha de todo el auge de la estética Seapunk. En “Yung Rapunxel” tambien embaucó a nuestros ojos con una infinidad de simbología esotérica, íconos espirituales y elementos complejos de semiótica.
Hace poco más de una semana lanzó su último vídeo “Ice Princess”, donde la artista sigue sin decepcionarnos. Esta vez ha optado por la estética que lleva un par de años en auge por Internet, especialmente en Tumblr, pero que no ha llegado a ganar fuerza suficiente como para llegar al mainstream: el Icepunk, el paso adelante del Seapunk. El propio nombre es autoexplicativo; el tema central es el frio, el hielo, la nieve. A todo ello se le añaden elementos mitológicos, robots y efectos de glitch art (o net art) y obtenemos la receta para un vídeo completo, con un storytelling poderoso. ¿Quizás ahora por fin el Icepunk se ganará al mundo?